29 julio 2010

Imposible decir que no

Me acaban de proponer algo a lo que creo no poder decir que no.
Una nueva aventura deportiva que encaja a la perfección en mi preparación DID.
Es una oportunidad única, y no el hecho de hacerlo, sino con quién hacerlo.
Mañana debo dar confirmación de mi compromiso.
No sé si dormiré esta noche, pero seguro soñaré.
Soy así, qué le voy a hacer.
Gracias Ximo.

De regreso

Semana 38ª, post vacacional, y en la que vuelvo en serio a los entrenos.

El sábado de la semana pasada tuvo lugar la prueba de fuego para la Subida al Veleta. Desde la playa de La Vila hasta coronar Tudons y bajada a Alcoleja. 27 km de subida y 5 de bajada.

Emilio, Juan, Moi y yo. A las 7 en punto, camel en la espalda y en marcha para coronar en poco más de 3h 30’ y terminar en Alcoleja por debajo de las 4h, acabando  los últimos 5 de bajada a 4’10” de media. Buenísimas sensaciones en unas piernas que ya comienzan a ser un seguro de vida.

El jueves y viernes anterior una buena paliza para tostar un poco el cuerpo, con 3h42’ y 31 km por la Sierra de Mariola, concretamente los últimos 31 km de la etapa DID, acompañado de Ximo y Nando, y acabando en casa de Ximo devorando todo lo que acopiaba en su despensa (cayeron 3 melones, madalenas, cacahuetes, galletas, coca-cola, light por su puesto, y no recuerdo qué  más). Y el viernes, desde Alcoleja, donde dejaba el coche para volver el sábado después de subir desde La Vila, con la bici, por Alcoy, Bañeres, Castalla, Onil, Agost y hasta Arenales, con 4h 14’ y 112 km.

Ese mismo domingo hice la Travesía de El Pinet, a la que llegué con 1h de bici. La travesía transcurrió sin problemas, los típicos puñetazos y patadas de los primeros 500 m y poco más. Acabé en 35’, entre el montón, creo que el 85º. Luego otras 2 horitas de rodaje en bici para cerrar una semana de mucho volumen.
La semana pasada de vacaciones, en la que no he entrenado casi nada, he descansado mucho (sobre todo he dormido mucho) y en la que perdí la cuenta de las veces que pisé un Mc Donalds o B. King.
Este domingo el tri NDS de Antella para cerrar la semana 37, en el que me ha quedado claro que mi cuerpo cada vez es más DID. La natación 2’ mejor que en 2009, mismo tiempo de mejora en el segmento ciclista, y corriendo…..pues muy lento, casi paquete diría yo. Llegué el primero del club a T2, como casi siempre, y como casi siempre, me adelantó hasta…….bueno, en realidad me adelantaron Mike, Ximo y Chiqui, los justos para no dejarme subir al podio del club. Podio que cada día está más cotizado y al que en cada competición aspiran más ETC´s. Aunque parezca una tontería, uno no duerme igual si está en ese podio después de la carrera como si no. Es divertido optar a él, aunque luego no te dejen subir. Yo al menos me divierto con ello y me produce una motivación extra.

Esta semana (la 38ª) vuelve a ser de mucho volumen, sobre todo de agua y carrera.
El entreno estrella de esta semana (puesto que las salidas a pie de 2/3 horas ya son algo “normal”, y esta semana serán 3) es nadar desde el edificio Carlotti (S. Pola del Este) hasta Arenales. Según GPS unos 8.500 m aproximadamente, misma distancia que la etapa DID. Me acompañará el ilustre Pedro Ortuño en piragua, y puede que algún camarada me acompañe durante la segunda parte del recorrido. La duda es si habrá suficientes medusas como para tener que abortar el entreno. Mañana viernes nadaré un rato en Arenales para inspeccionar, luego decidiré si nado con traje, sin él, o simplemente no nado.
El domingo que viene me espera El Veleta. Ya le tengo ganas.

Entrenamiento semana 36ª:
Total 22h 14’
- GIM: 1h
- AT: 8h 43’ – 74.3 km
- CIC: 9h 14’ – 261 km
- NAT: 3h 16’ – 9 km

Entrenamiento semana 37ª:
Total 5h 09’
- GIM: 1h
- AT: 0h 40’ – 8.4 km
- CIC: 2h 45’ – 80 km
- NAT: 0h 43’ – 2.4 km



16 julio 2010

Gracias Tribe Triatlón

Este es el diseño de la equipación que me acompañará en mi preparación para el DID Spain 2010.



Camiseta técnica


Parte superior del 2 piezas


14 julio 2010

¿Lesión o sólo molestia?

Ejercitando algo la memoria, recuerdo que mi última lesión fue hace unos tres años. Sí, tres años. Me siento afortunado en este aspecto. Continuamente veo compañeros que sufren lesiones de las que les cuesta horrores recuperarse, otros que enlazan una lesión con la siguiente, en cambio, yo no recuerdo haber tenido ninguna lesión que me haya apartado de mis entrenos. Sí he tenido molestias, eso creo que es inevitable, pero nada más allá de eso.

Desde principios de la semana pasada comencé a notar molestias en la zona del pulgar de la mano derecha cada vez que lo movía. Lo que empezó siendo una molestia acabó siendo un dolor agudo, impidiéndome realizar acciones tan cotidianas como abrir un bote de conserva o escribir a mano.

El sábado por la mañana salí en bici tal y como tenía previsto pero, para mi sorpresa, acabé dando la vuelta cuando apenas llevaba una hora de camino. El dolor en la mano era realmente insoportable. Ni si quiera podía apoyar la palma de la mano sobre el manillar, y mucho menos frenar con fuerza, así que lo más lógico era dar la vuelta y esperar al lunes para ir al masajista.

El lunes acudí a mi cita con Emilio, mi masajista, y como esperaba de él, no tardó en dar con el asunto que me estaba atormentando los últimos días. Se las sabe todas. Con sus manos desprovistas de cualquier tecnología y un poco de aceite de almendras es capaz de reparar casi cualquier daño.

El dolor se concentraba en la zona entre el pulgar y el índice, en la parte superior de la mano. Pero la lesión venía de más arriba, en la unión entre el músculo Pronador redondo el Braquiorradial.

Ayer martes, a escasas 20 horas de haberme tratado Emilio, ya estaba haciendo series a ritmo submax en la piscina sin molestia alguna. Hoy, todavía noto una ligera molestia que cada vez va a menos y que estoy convencido que mañana habrá desaparecido.

Lo que prometía ser un fin de semana DID, con 290 km de bici en dos etapas y una laaaarga de carrera, se quedó en un rodaje de 62 km de bici y la laaaarga de carrera, con 25 km a pleno sol en algo más de 2 horas y media.

Entrenamiento semana 35ª:

Total 10h 21’

- GIM: 1h

- AT: 5h 25’ – 46.25 km

- CIC: 2h 12’ – 62 km

- NAT: 1h 44’ – 4.7 km

09 julio 2010

Nuevos retos


Una vez haya pasado el Triatlón de Antella, que tendrá lugar el próximo sábado día 24, mis pies solo caminarán en un sentido, hacia el DID Spain.

Hace unos días pude comprobar con mis propias piernas lo duro del circuito a pie del Did.

Acompañé a Ximo los 21.5 km comprendidos entre los km 45.5 y 66 de la “Etapa Reina”, formando entre estos un bucle cerrado en el que se llegan a ascender algo más de 1000 m de desnivel positivo acumulado de pura montaña. Para completarlo hubimos de emplear 2h y 52’.

Pero lo más duro no reside solo en la subida, también en la bajada, que con un descenso bastante técnico (por lo menos para mí que soy un pollo en esto de la montaña) hace que el ritmo se parezca más al de una travesía que al de una carrera por montaña.

Visto que éste es el tramo más duro y que en él se encierran casi la mitad de los metros de ascensión de toda la etapa, se está barajando la posibilidad de que este bucle de 21 km dé comienzo en el km 14 y hasta el 35, y no en entre el 45 y el 66, para que de ésta manera se pueda afrontar con más fuerza. Pero éste es un tema que está en manos de la organización, así que quedaremos a la espera de noticias.

Guardando idílicos paisajes de aire bucólico, la Sierra de Mariola hará de esta prueba algo muy diferente a lo que podamos imaginar o estar acostumbrados. Minimalista, cautivadora, fascinante, única.

Para afrontar este gran reto he tenido que plantearme otros nuevos que me sirvan de preparación. Al ya seleccionado ‘Subida al Veleta’, con 50km de asfalto y casi 3000m de desnivel acumulado, he añadido al carro la ‘Botamarges’, con 65 km de montaña y 3000m de desnivel.

El único inconveniente es la fecha, que siendo el día antes que el NDS de Oliva, me impide hacer éste. Conozco a más de uno que haría las dos pruebas en días consecutivos, pero como ya he dicho antes, mi único y gran objetivo es el DID. De manera que me quedaré con las ganas de batirme en duelo con mis compañeros de club, a base de brazada, pedal y zancada.

Por otro lado, para mañana, tenía prevista la Cicloturista Catlike de Hellín, de 160 km. He tenido que renunciar a ella por falta de tiempo, por lo que mañana, con la salida del sol, saldré para hacer una etapa de unos 180 km por las sierras de Alicante. Los candidatos son Aigües, Tudons, Jijona, Carrasqueta, San Antoni, Font Roja, Benifallim, Torremanzanas,…… Esta noche le daré al coco y compondré la etapa.

¿Algún compañero de viaje? Salida 6:30 am desde Arenales.

05 julio 2010

Travesía Tabarca 2010



Con casi 32 años a mis espaldas ya comienzo a sentir que el tiempo se esfuma, irremediablemente y sin que lo pueda controlar o detener a mi antojo. Cuando era más joven quería que todo llegara rápido, que llegara mañana, la semana que viene e incluso el año próximo. Ahora hinco los talones en el suelo intentando frenar las manecillas de un reloj ajado por el paso del tiempo que me permita saborear cada instante vivido. Los proyectos en mi cabeza se hacinan sin orden buscando una fecha en la que poder llevarse a cabo. Siento que lo que no haga hoy probablemente se quede sin hacer, porque los años, desafortunadamente, pasan a una velocidad vertiginosa.

Pero, ¿a qué edad debemos renunciar a nuestros sueños y permitir que el paso del tiempo gane la batalla? Esa respuesta la tenía más cerca de lo que imaginaba.

Mi madre, sin pretenderlo, me ha dado una contundente respuesta.

Con 54 años, y después de haber participado en varias medias maratones y carreras populares en los últimos 6 años, decidió que su sueño era correr un maratón. Pero necesitaba un reto más complicado, quería hacer la de Sevilla, y eso suponía prepararla en tan solo 6 semanas. Cuando me preguntó si sería capaz de prepararlo y de acabarlo, yo, rotundo, le respondí que sí. El riesgo de fracasar en el intento era muy grande, sin experiencia, sin tiempo, a una edad en la que los problemas físicos se amontonan a tu alrededor obligándote a cejar en el empeño muchas ocasiones, no suponían más unos cuantos obstáculos que librar. Todo lo tenía en su contra, pero conociéndola, algo me decía que todavía no había obstáculo lo suficientemente grande para detenerla en su camino.

Fue a Sevilla, acabó la Maratón en un tiempo con el que otros muchos sueñan. Lo hizo sin andar ni un solo metro, sonriendo las algo más de 4 horas que duró su batalla, y me dio un ejemplo más de superación.

Pero no era suficiente. Después del enorme éxito con el que volvió de Sevilla pensó que eso de nadar desde Tabarca a Santa Pola podía constituir su próximo reto.

Pero había un problema, y gordo. Hacía poco más de un año que había comenzado a nadar en la piscina y menos de un año que había hecho su primera incursión en el mar. Aquel primer contacto con al agua en Santa Pola, en junio del año pasado, no hizo otra cosa que sembrar las detestables semillas de la incertidumbre. No salió nada bien, tan solo consiguió acercarse al extremo del espigón. Lo de salir a mar abierto todavía debía de esperar, primero debía de coger confianza. Para mi asombro, en poco menos de dos meses ya hacía el trayecto Carlotti-Cadena-Carlotti (3.200 metros aproximadamente) sin aparente dificultad.

Ayer, un año después de su primer nado en el mar, subió a la Tabarquera con una decisión aplastante y su eterna sonrisa, dejando el miedo en tierra y dedicando mensajes de ánimo a todo el que podía. Ella, la que tenía que estar como un flan por dentro, no hacía más que preocuparse por los demás, como hace siempre.

Mis últimas palabras sobre la arena de la playa de Tabarca fueron para ella. Que tengas mucha suerte, nos vemos en Santa Pola, le dije seguido de un abrazo.

Después de 2h 15’ la vi llegar.

Salió del agua con la sonrisa puesta. Creo sinceramente que nunca la perdió desde que salió de Tabarca. No me imagino lo que debe costar nadar, respirar y sonreir al mismo tiempo, pero debe ser difícil.

Como no pudo ser en Sevilla, ayer sí tuve la oportunidad de verla vencer de nuevo, y me emocionó porque, aunque mi cuerpo hace tiempo que fue de hierro, mi corazón sigue siendo de cristal.

Por lo que a mí respecta, no hubo grandes sorpresas. Nadé muy cómodo y con buenas sensaciones. Salí del agua en 1h 45’. Es verdad que me hubiese gustado bajar de 1h 40’, pero tampoco me esforcé demasiado para lograrlo, por lo que no me puedo quejar.

También tuve el placer de conocer personalmente a Pez, que aunque sabía quién era y había coincidido con él en el hotel en mis dos Lanzarotes, todavía no había tenido la ocasión de hablar personalmente con él. Al minuto de conocernos ya estábamos programando una salida de esas laaargas por la montaña a la que solo faltó ponerle fecha. Un tipo que, con una sencillez modélica, esconde tras de sí 10 IM, un buen puñado de retos conseguidos y un montón de proyectos en construcción (Bitácora de un Pez).

Entrenamiento semana 34ª:

Total 15h 16’

- GIM: 0

- AT: 2h 05’ – 23.51 km

- CIC: 8h 41’ – 242 km

- NAT: 4h 30’ – 14.35 km