29 junio 2010

Travesía a nado Torrevieja 2010

Después de dos días a base de masajes, burbujas y dieta mediterránea en el hotel Talasia, en San Pedro del Pinatar (muy recomendable), llegué a Torrevieja para lo que iba a ser mi primera travesía desde Tabarca 2007.

Llegué muy pronto, como siempre cuido hacer, recogí chip, me dejé marcar (este año no daban gorro) y esperé a JP mientras observaba con desgana el inquieto mar.

El agua no estaba en condiciones idílicas, pero eso no iba a ser un obstáculo. Entonces llegó JP.

Llegó con la tranquilidad que le caracteriza, retiró su dorsal, le marcaron y fuimos a tomar café.

Después de esperar casi 10’ de reloj a que saliera del baño nos metimos entre el mogollón para poco más que mojarnos las piernas y la nuca. Tocaron el silbato.

Nos colocamos en el extremo más alejado de la boya de giro, y eso implicó nadar algunos metros de más, eso sí, a cambio de no recibir ningún golpe.

El mar estaba lo suficientemente revuelto como para no dejarme orientar cada vez que lo intentaba. Cada 5 ó 6 brazadas levantaba ligeramente la vista para poder tomar alguna referencia al frente, pero más de la mitad de ellas no surtían efecto, solo veía la ola. La gente que nadaba a mi alrededor era la referencia más fiable.

La primera mitad de la travesía me la tome con relativa tranquilidad, sin intención de apretarme lo más mínimo. Cuando consideré que habían transcurrido unos 20’ comencé a trabajar más, centrándome principalmente en los brazos, arrastrando toda el agua que podía y procurar cuidar la pobre técnica de la que dispongo.

Salí del agua en 37’ 03”, a 52” de JP y en la posición 87 de 340. Perfecto.

Entrenamiento semana 33ª:

Total 7h 09’

-GIM: 30’

-AT: 2:47h – 26.37 km

-CIC: 3:15h – 92.6 km

-NAT: 37’ – 2.2 km

23 junio 2010

Gato Salvaje. Mis nuevos pies para la montaña.



Esta ha sido la decisión final. Espero no haberme equivocado. Ya solo quiero que llegue esta tarde para probarlas.

Gracias por vuestros consejos.

22 junio 2010

La sierra es para los conejos


En todas las semanas hay un entrenamiento que es el más importante, es el entrenamiento en el que no se puede fallar. Yo, cuando estudio el plan antes de abordarlo, fijo cuál es ese entreno y pongo todo de mi parte para que se cumpla. Muevo las horas, los días, acorto y alargo las sesiones si es necesario, y todo para que ese entrenamiento no se quede sin hacer.

Esta semana, le tocaba a la salida laaaaarga de carrera. En el plan 2 horas, pero como me apetecía muchísimo salir a correr por la sierra, por la mañana temprano, y estrenar la Camelbak (que llevaba 2 años y medio en el armario con la etiqueta puesta), decidí salir para hacer 2:30 horas.

En los pies mis viejas Kanadia, en la espalda mi nueva Camelbak, y en la cabeza mi gorra Tribetri y mis gafas.

El trayecto, Arenales-Santa Pola por el camino del Faro (por la sierra), enlace con el circuito de duatlón por la cuesta de la Torre del Moro, una vuelta al circuito y vuelta a Arenales por el mismo sitio.

Hasta las 2 horas todo iba sobre ruedas. A partir de ahí comencé a acusar el tiempo y los kilómetros. Las viejas Kanadia ya no amortiguaban nada, notaba en la planta de mis pies hasta la piedra más pequeña. El ritmo pasó de ser 5’40 fáciles a ser 6’10” con cierta dificultad. Los cuádriceps comenzaban a doler en las bajadas y en las partes algo más técnicas.

Cuando llegaba a la Cadena de Santa Pola (inicio del camino del Faro), mientras me tomaba un Red Bull bien fresquito (esto de llevar mochila es una gran ventaja, eché unos euros por si acaso) pude ver que el Garmin marcaba 2h 25’. Bueno, pues lo que quedaba claro era que las 2h 30’ previstas, se iban a convertir, por lo menos, en 3h. Y así fue, 30.3 km y 2h 57’.

Primer entreno largo de montaña, con muy buenas sensaciones, y con muchas ganas de que llegue el fin de semana para hacer el siguiente. Para ese segundo entrenamiento espero estrenar zapatillas, las Kanadia no dan más de sí. Todavía tengo bastantes lagunas y no sé qué zapatilla escoger, esta semana saldré de dudas.

Y ayer lunes, cuando vi a mi amigo Limorti y le conté que me dolían hasta las orejas por este entrenamiento me dice – Claro, si es que la sierra es pa los conejos-.

Entrenamiento semana 32ª:

Total 17h 08’

-GIM: 1:50h

-AT: 3:59h - 42 km

-CIC:9:09h - 269 km

-NAT: 2:09h - 6.55 km

18 junio 2010

Entrenamientos con encanto


Costa de Alicante desde playa de Arenales. Hoy, 05:27 am.

Hoy he salido a correr muy temprano, como lo hago 2 ó 3 veces por semana durante los meses de verano. Algunos pensarán que demasiado temprano, pero a mí este tipo de entrenamientos me proporciona algo más que una mejora física o de rendimiento deportivo. Me levantan la autoestima, me siento más vigoroso, me refuerzan la sonrisa….me limpian por dentro.

Costa de Alicante desde playa de Urbanova. Hoy, 05:58.

Y me siento privilegiado por poder hacerlo en un entrono como este.

Salgo de casa en ayunas y descalzo, tan solo con las mallas de correr, el móvil (para hacer las fotos) en una mano (metido en una blosita de esas para congelados con cierre hermético) y la llave de casa en el bolsillo de las mallas.

Costa de Alicante desde playa de Arenales. Hoy, 06:29 am.

Solo tengo que andar unos 100 metros para pisar la arena.

El sonido que se escucha es alucinante. La mezcla perfecta del sonido del mar llegando a la orilla con el chapoteo que producen mis pies al entrar en el agua hace que no quiera detenerme nunca.

Mi pie.

1h 01’ y 11.7 km después, acabo.

Yo.

Hago 5’ de estiramientos sobre la arena del mar, mirando el alba. Luego me baño. Es extraordinario.

Y me voy para casa, a ducharme, a desayunar y al trabajo.

Amanecer desde playa de Arenales. Hoy, 06:40 am.

Después de esto me siento nuevo.

15 junio 2010

Zapatillas de trail, sí, ¿pero cuáles?

La semana pasada floja, muy floja. Todo bien hasta el fin de semana, con varias sesiones de agua, poca bici y nada de carrera. El sábado nadé en Santa Pola con la grupeta de Rafa como estaba previsto. Lo que no estaba previsto era que el agua estuviese congelada. Nadé sin traje, claro, y pasé mucho frío (luego pude averiguar que no fui el único). La vuelta desde la cadena hacia el Carlotti la hice tiritando casi de continuo. En fin, me destemplé. Al salir me sequé, me vestí, pero nada. Me fui a desayunar con la tropa, café con leche caliente, pero nada. Decidí dejar la bici para la tarde, pero nada. El domingo tenía prevista una salida a correr de 1h45'. Preferí no madrugar y salir más tarde, pero me equivoqué de hora. Me levanté a las 11 de la mañana con un fortísimo dolor de cabeza (me duró exactamente hasta ayer por la tarde) y a base de paracetamol y sofá fueron pasando las horas hasta que el sinsentido dio paso a la razón y dejé de buscarle hora a ese entreno que jamás iba a tener lugar.

Esta semana comienza el mesociclo de volumen de carrera. Comenzamos llegando a las 2h para acabar tocando las 4h.

Gran parte de estos entrenos los voy a hacer por la sierra, por caminos, huyendo del asfalto en la medida de lo posible. Acabo de jubilar mis viejas zapatillas de trail, unas Adidas Kanadia de hace un par de años. Las Adidas nunca me han ido muy bien y quiero cambiar. Lo que no tengo claro es por qué zapatilla apostar. Después de comparar las características entre unas 7 u 8 zapatillas tengo dos en mente:

MIZUNO WAVE HARRIER 2


SALOMON XT WINGS 2


¿Algún consejo?

08 junio 2010

Red Bull Energy Shot


El Domingo, en el triatlón de Hellín, probé lo que a partir de ahora me acompañará en todas las carrera a las que acuda.

Ya pude saber de sus beneficios hace unas semanas en la Cicloturista de Moratalla, donde después de probarlo por primera vez, uno de los referentes del triatlón ilicitano y amigo, Joaquín Guerrero, me habló maravillas de esta pequeña bomba.

Contiene lo mismo que uno de lata, pero todo concentrado en un trago, con el mismo sabor y sin gas.

La reacción no se hace esperar. En cuestión de un par de minutos notas el efecto.

Ingerí dos durante la carrera. Uno a falta de 30 km para acabar la bici, lo que me permitió mantener la media de 241w que llevaba hasta el momento (los 30 km que quedaban eran con desnivel claramente favorable). El 2º lo tomé a mitad de la 3ª vuelta de la carrera a pie (sobre el km 13) y como si me hubiesen metido un petardo en el culo, acabé la carrera con unas sensaciones inmejorables.

Sus Ingredientes:

TAURINA

La taurina es un aminoácido condicionalmente esencial que se produce de forma natural en el cuerpo humano. “Condicionalmente esencial” significa que en algunas situaciones o bajo determinadas circunstancias, como por ejemplo, en momentos de mucho stress y desgaste físico, se incrementa la excreción de taurina y el cuerpo no puede reemplazarla en cantidad suficiente.

La taurina está presente en las funciones vitales del cuerpo humano. Actúa como antioxidante y facilita la eliminación necesaria de sustancias perjudiciales y, de ese modo, acelera su excreción.

La taurina está presente también en diferentes tipos de comida, como las vieiras, el pescado, las aves de corral y la mayoría de alimentos infantiles.

GLUCURONOLACTONA

La glucuronolactona es un carbohidrato.

Está presente de forma natural en el cuerpo humano, en procesos de excreción, ayudando al cuerpo a eliminar sustancias sobrantes.

La glucuronolactona está también presente en diferentes alimentos, como los cereales o el vino tinto.

CAFEINA

La cafeína es conocida por sus efectos beneficiosos en las funciones físicas y psíquicas. Por ejemplo, incrementa la velocidad de reacción, la capacidad de alerta y la concentración. La cafeína también estimula la quema de grasas durante actividades de larga duración, y por ello ayuda a utilizar las reservas de grasa del cuerpo, provocando un aporte de energía más eficiente.

La cafeína está presente en muchos alimentos como el café, el té o el chocolate. Una lata de Red Bull® Energy Drink contiene aproximadamente la misma cantidad de cafeína que una taza de café.

B-GROUP VITAMINS

Las vitaminas del grupo B juegan un papel importante en el metabolismo energético, como la composición y descomposición de carbohidratos, grasas y proteinas. Las vitaminas B también potencian el rendimiento físico y mental.

SACAROSA

GLUCOSA

07 junio 2010

I Triatlón Sierra del Segura Ciudad de Hellín


Poco más puedo pedir a lo acontecido ayer. Si hubiesen estado Bea y Pablo habría rozado la perfección.

En cuanto a lo deportivo, un pasito más hacia adelante, mejorando y sintiéndome cada vez más fuerte y más resistente. Un puesto 19 en la clasificación general individual y el 14 en el parcial de ciclismo, junto al 3er puesto conseguido por equipos (trofeo y cheque de 100€ incluido) me han dejado un muy buen sabor de boca que seguro durará mucho tiempo. Si hace unos 4 ó 5 años me hubieran dicho que hoy estaría aquí haciendo lo que hago, por supuesto que no lo hubiese creído.

En el plano personal más de lo mismo. Este tipo de batallas, libradas entre uno y uno mismo, te hacen crecer a todos los niveles. Cuando uno derrota a sus miedos, cruza barreras a priori indestructibles, y desplaza sus límites cada vez más allá de lo imaginable, se siente pleno, autorrealizado. Maslow, decía que el nivel más alto de su famosa pirámide son las necesidades más elevadas, las que se hallan en la cima de la jerarquía, y a través de su satisfacción, se encuentra un sentido a la vida mediante el desarrollo potencial de una actividad, logrando así la autorrealización de la persona. Yo me siento así, encuentro sentido a lo que hago y lo que hago da sentido a mi vida, y compartirlo con la gente que más quiero hace que no quiera abandonarlo nunca.

El día de cualquier carrera, cuando me levanto a las 4 de la mañana para desayunar, siempre me hago la misma pregunta "¿qué coño hago yo aquí y qué necesidad tengo yo de esto?". Cuando comienzo a nadar ya estoy deseando salir del agua para montar en bici. Al poco de comenzar a pedalear ya estoy loco por dejar la bici de los huevos y ponerme a correr. Después de unas cuantas zancadas ya deseo que acabe tanta tortura. ¿Y cómo es posible que después de tantas horas deseando acabar e incluso deseando no haber empezado nunca, SÓLO por el hecho de cruzar la meta encuentre sentido a tanto despropósito? Yo no lo sé, y tampoco me importa hallar la explicación. Solo sé que quiero seguir sintiendo lo mismo durante mucho más tiempo.

Lo de correr era un trámite para llegar a ésto. ¡Gazpacho manchego auténtico!

Recarga de hidratos la noche antes (croissant con chocolate). Solo me faltó la horchata fresquita.

Cena de la pasta. Perfecta.

Unos boxes minimalistas muy bien organizados.

A falta de Manu y Apache, el equipo del bronce.

Nadal lo mordió a las 18h, yo a las 16, por lo que él me imitó mí.

03 junio 2010

A quien madruga.....



Así amanece un jueves cualquiera del mes de junio en Los Arenales del Sol.

¿Y qué mejor forma de disfrutarlo que con una matutina nadada en sus serenas aguas cristalinas y la compañía de un buen amigo?

La mejor escusa para no estrenar el 3.8 en Hellín.

01 junio 2010

XIV Marcha Internacional "Sierras de Moratalla"


La última vez que participé en una de estas tendría unos 12 años. Sí, 12. Como hijo de buen ciclista había que estar ahí, intentando aprender del Gran Maestro. Dicen que se pega todo menos la hermosura, y en mi caso, ha sido algo así. Un año después dejé el ciclismo, para encontrarme de nuevo con él unos 12 años después, pero esta vez combinado con otras dos disciplinas, natación y atletismo.

Tenía ganas de que llegara el sábado. Incluso me había marcado algunos objetivos. Iba apretarme todo lo posible. Quería terminar diciéndome: “Rabasco, te has salido”. Estaba preparado, mental y físicamente para ello, y los últimos entrenamientos avalaban esa teoría.

Recojo a Joaquín de su casa, a las 6 en punto, y nos vamos camino de Moratalla. Por el camino hemos de cambiar la ruta para recoger a David, que nos espera en un área de servicio de la autovía, donde desayunamos y seguimos ruta hasta Moratalla. Llegamos temprano. No se ven ciclistas, ni coches, ni el movimiento necesario para un evento en el que participan unos 800 ciclistas. Pero se ven los carteles, el arco de meta…sí, parece que es aquí.

Después de elegir el mejor aparcamiento de la zona nos vamos al pabellón. Allí recogemos dorsales, nos comemos 2 donuts por cabeza (riquísimos), soltamos lastre, hablamos con uno, con el otro, y con todo el tiempo y la tranquilidad del mundo nos vamos a preparar “la voladora” y los pertrechos.

No me he estudiado a fondo el recorrido, ni el perfil, ni los puntos kilométricos de los avituallamientos, ni nada de estas cosas tan necesarias. Y eso es porque voy tranquilo, me da igual 8 que 80. Me da lo mismo subir 2.000 que 3.000.

Joaquín me cuenta que haremos una vuelta de unos 10km antes de empezar a subir el primer puerto de los,…y yo qué sé ¿11, tal vez? Un huevo. Dice que el año pasado hubo alguna caída en ese tramo. La gente se pone nerviosa intentando buscar una posición privilegiada que les permita empezar a subir el puerto en cabeza. Puedo llegar a entenderlo en los más fuertes, en lo que van a disputarse el triunfo, ¿pero para los demás? ¿para qué? ¡si son 164 km!. Esto a mí me pone algo nervioso. Yo quiero tranquilidad. Lo que verdaderamente me importa es no caer y lesionarme o hacerme daño, y en este tipo de marchas no creo que encuentre precisamente eso. Lo prudente será comenzar detrás y dejar que pase el peligro, ya tendré tiempo de apretarme.

Nos colocamos unos 50 metros del arco de salida, los tres, David, Joaquín y yo. Joaquín asusta nada más mirarlo, su pinta de pro lo dice todo. Ya son las 10, dan la salida.

Los primeros metros son cuesta arriba. Y los siguientes también. Algo ha cambiado de lo previsto. No hay vuelta de 10km, este año del tirón al puerto. El pie de puerto es el km 0. Mucho mejor, así cada uno se colocará en su sitio nada más comenzar, sin necesidad de golpes y sustos innecesarios.

Me había propuesto mantenerme a rueda de Joaquín el máximo tiempo posible. Probablemente podría aguantarle la mitad de la etapa más o menos. Bueno, pues aguanté 2 km exactamente. Al mismo tiempo que no dejaba de adelantar a unos y otros, Joaquín se perdía entre la multitud, hasta que le perdí la referencia definitivamente. En el km 4 me adelanta Jordi Reig y me pregunta por Joaquín, y le digo que lo tiene a dos curvas más o menos. Se pone en pie en la bici y aprieta los dientes en su busca. Yo hago el amago de seguirle, pero vuelvo a mi realidad en pocos segundos.

Los primeros 12km han sido de subida y debo haber adelantado a bastante gente. Pero en la primera bajada empiezan a pasarme misiles tierra-aire, por izquierda y derecha. Calculo que en el transcurso de unos 3 km me habrán pasado unos 200 más o menos. Dejé de contar cuando llevaba 20. Do todos modos nunca sabría mi posición.

Km 30. Llevo 1h 53’ pedaleando y 240w de media. ¡¡Casi 2h para 30 km!! La verdad es que casi todo lo que hemos recorrido ha sido cuesta arriba, los vatios lo dicen todo.

Durante los primeros 50 km ha sido muy aburrido para mí. No he logrado encontrarme a gusto. No he sabido qué hacía aquí exactamente. Todo ha sido un bucle que se repetía una y otra vez. En las subidas me distanciaba claramente de la gente que me rodeaba, y en las bajadas, con los cataplines por corbata, veía como me levantaban las pegatinas mientras yo observaba atónito como mi PT marcaba ¡¡65 km/h!! Y es que a esas velocidades, aunque me cierren la AP-7 para mí solo, no tengo cojones a rodar con un mínimo sentimiento de seguridad.

En el km 50 cae, por sorpresa, el primer avituallamiento. Hasta entonces no tenía muy claro como tomarlo, si coger lo que fuera y salir cagando leches, o entretenerme lo necesario. La gente (la mayoría) veo que aparca la bici y se toma el tema con relativa tranquilidad. Este primer avituallamiento es muy surtido, hay pastelitos (muy parecidos a los huesos de santo), hojaldres de cabello de ángel, barritas, frutos secos, higos, ciruelas, bebida fría, en fin, espectaculares. Pillo de todo un poco y salgo cagando leches de allí. No es que tuviera demasiada prisa, pero tampoco era cuestión de pedir el café con leche de costumbre.

Sigo con las mismas sensaciones. En este momento me gustaría estar haciendo este circuito a mí solo, no me encuentro bien entre tanto ciclista rodando de una forma muy diferente a la que yo acostumbro. Yo soy más constante. No es que deteste los cambios de ritmo, pero no son de mi agrado. Yo prefiero ir incrementando el ritmo, de menos a más. Soy capaz de acabar echando la bilis por la boca, pero tengo que ser yo el que lo decida por mí mismo. Así es como me gusta.

Van pasando los kilómetros. Ya he dejado de quejarme a mí mismo, he comprendido que no iba a obtener ningún beneficio de ello. Hace rato que pasé el meridiano de los 80 km. Ahora todo es camino de vuelta.

Lo bueno (o malo, según se mire) de no conocer y haber estudiado el circuito, es que todo lo que te aparezca por el camino es una sorpresa. Llevo rodando varios kilómetros con un grupo de tres chavales. Uno de ellos es amigo de David, y llevamos un rato charlando cuando me dice que al girar en el siguiente cruce tenemos un pepino de 1.5 km al 12%. ¡Me la bufa!, (como diría Limorti) eso no llega a ser ni el hermano pequeño del Xorret. Todos los ciclistas que llevo delante se retuercen como rabos de lagartija sobre el asfalto caliente. El sudor me baña los ojos y me escuecen, pero no puedo quitar las manos del manillar, caería de bruces al suelo. Ya estoy arriba. Miro hacia atrás y no hay rastro de los tres que me acompañaban. Ahora desciendo sólo camino a no sé dónde exactamente.

Km 100. Llego al segundo avituallamiento sólido. Deben de haber unos 30/40 ciclistas parados. Ya se nota el cansancio acumulado en nuestros rostros. Las caras y la precisión con la que devoran los donuts lo dicen todo. No quiero entretenerme demasiado, pues cada vez me encuentro mejor y es un buen momento para rodar en solitario. Cojo un donut y lo sostengo entre los dientes mientras cojo un par de pastelitos, nueces y una ciruela. Bebo un vaso de Coca-cola de un trago y recargo agua. Ha pasado 1 minuto escaso y ya estoy en marcha. Ahora todo ha cambiado. Las sensaciones son otras. Me encuentro con ganas y fuerza para seguir a buen ritmo. Veo que nadie me sigue cientos de metros atrás y por delante no advierto a nadie. Ahora sí voy a disfrutar.

Pasado el km 110 comienza el puerto más largo y duro de toda la etapa. Quizá no sea el más duro sobre el papel, pero si sobre las piernas debido a la distancia acumulada. En los primeros repechos adelanto a un ciclista (debería tener cerca de los 50 años). Le veo mala cara, va haciendo eses por un terreno todavía fácil (yo llevo metido el 54x23). Cuando le estoy rebasando me pide algo de comer, dice que solo lleva líquido y que no puede más. Pero…pedazo de tarao! ¿Por qué no has comido 10 km atrás en el avituallamiento? Pero solo lo pienso. Me saco 2 pastelitos y 1 gel y se lo ofrezco. Creo que le he salvado la vida. Si no me da un abrazo para agradecérmelo es porque en ese momento vamos montados en bici y eso la hace imposible. Le animo a seguir adelante y prosigo con la ascensión.

Me olvido de la distancia que he de recorrer para completar el puerto. Me da igual, ahora me siento muy cómodo sobre mi bicicleta, ahora me siento muy DID. Sobre las pendientes más pronunciadas (entorno al 12-15%) la gente se revuelve tanto que incluso alguno desciende algún metro para ganar algo de inercia y conseguir mantenerse encima de la bici. Eso no le pasó a uno que veo con la bici en la mano y caminando hacia arriba. Mi primera impresión es que ha pinchado. Cuando lo alcanzo le pregunto -¿Necesitas lago?-. Dos piernas nuevas- me responde él. Queda claro, ha petado.

Terminado el infierno de Benízar, ya solo quedan unos 30 km com los últimos 12 son de bajada, así que intento poner un punto alto de intensidad para acabar y procuro no dejar de ver el 2 en el dígito que marca las centenas en mi PT. No quiero bajar de 200w.

Paso el último avituallamiento sólido en el que solo paro a beber un trago de Coca-cola. Para ello no empleo más de 30 segundos. Y sin soltar la parte baja del manillar corono los últimos 2km de ascensión para bajar los 12km que me separan de Moratalla.

Paso el arco de meta con 5h 58’ y 198w en mi PT, 6h 02’ en tiempo real de la organización y 6h 4’ en el marcador oficial.

Vuelvo a casa con raras sensaciones. Pienso que podía haberlo hecho algo mejor, pero solo son sensaciones. Me hubiera gustado acercarme a las 5h 30’. Tengo la sensación de que en una prueba No Drafting lo hubiera conseguido. Pero lo importante es que el entreno ha sido cojonudo, y otra semana más llegando a los 400km en bici.

La organización perfecta. Si queremos sacar pegas las sacamos, pero como sé lo que supone organizar algo parecido, sé lo complicado que es que todos los detalles estén pulidos al máximo, por lo que para mí, ésta fue de 10.

El año que viene seguro que no volveré, pues estaré recién aterrizado de Lanzarote. Pero buscaré alguna otra cicloturista de similares características que encajen en la preparación para LZ2011.

Un día perfecto en perfecta compañía ¿Qué más se puede pedir?