Después de este fin de semana ya pasado, me ha quedado claro que el DID no es sólo una prueba de ultratiatlón celebrada durante 3 jornadas. Es paisaje, es convivencia, es compañerismo, es naturaleza, son caminos, piedras, montañas, nubes, fuentes,….amigos.
Este fin de semana ya ha sido DID, y el que viene también lo será.
Grandísimos compañeros, que no rivales, he conocido estos días de entrenamientos y convivencia dirigidos magistralmente por Ximo.
Es un privilegio poder participar en ésta 1ª edición.
El viernes: 5.000 m de natación con un mar cristalino pero furioso, que hizo que fuera una lucha constante por conseguir avanzar. Al final 1h 32’. Transición y 132km de bici con viento de cara que no nos dejó hasta el km 100. Por medio el Albaterolo, que por mucho que quieras dosificar el esfuerzo, el pepino siempre aparece y tienes que meterlo todo.
El sábado: Tramo 2 de la carrera a pie, con 21 km y +1100m en 2h 42’. Las rozaduras que sufrí en Botamarges me molestaban bastante en las bajadas técnicas, pero nada más que eso, una ligera molestia. Por la tarde paseo de 1h caminando por parte del tramo 1 y 3, reconociendo el terreno, con Roser, Ximo y familia.
El domingo: Tramo 4 de la carrera a pie, con 30 km y +1000m en 3h 18’. Sensaciones inmejorables. Incluso me atreví, junto con Santi, a pegarnos una escapadita rodando por debajo de 4:30 en un tramo de 7 km ligeramente descendente. Los cuádriceps respondieron perfectamente.
Ahora me encuentro como nunca. Creo que nunca he estado tan convencido de mí mismo y de mis posibilidades. Me siento preparado física y mentalmente. Las pruebas y entrenamientos de las últimas semanas, Astromad, Botamarges y la 1ª concentración DID, no han hecho sino darme una seguridad infinita que intentaré mantener hasta que pise el último escalón de ese Castillo de Banyeres que espera, guardián de nuestros sueños.
