26 mayo 2010

Domingo 23 (día 3 de 3)

Ayer sábado me acosté sonriendo, feliz por saber que mis tres amigos, Ximo, Jaime y Juanra volvían a ser finisher. A cada uno le ha tocado vivirlo de una manera diferente, pero lo que jamás olvidarán es que han vuelto a ganar. Son invencibles.

El hecho de haber conseguido realizar todos los entrenamientos previstos para viernes y sábado hace que hoy me levante con una motivación especial. Desayuno lo de costumbre, preparo mi equipo, la bici y salgo del garaje al paseo de Arenales, donde el sol ya comienza a reflejarse en un perfecto mar azul. Son las 7 en punto. He quedado con Juan Pablo para cruzarnos por el camino.

Recién pasado el polígono de Torrellano, nos encontramos. Viene con sorpresa. Apache y Limorti vienen con él. Buff!, ya sabía yo que hoy era un día para salir solo, mi cuerpo está fustigado y estos cabrones me van a reventar. Les aviso, les digo que estoy tocadísimo, que se apiaden de mí, pero solo recibo risas y mofas al respecto, por lo que doy por hecho que lo voy a pasar un poquito mal.

La ruta ya la traen definida de casa. Maigmó es el destino. Apache y Limorti se quedarán allí arriba para luego bajar corriendo por las Vías Verdes. Juan Pablo parece tranquilo, estamos llegando a Verdegás y todavía no me ha dado ningún susto, Apache no parece que quiera meterse en follones esta mañana, y Limorti, bueno, Limorti los tiene ya bastante escaldaos como para andarse con bravuconadas y lo repite una y mil veces, “el que quiera tirar que tire, a mi me la bufa, yo no tengo prisa”. Esos comentarios unidos a la actitud hasta el momento de Apache y JP me dan relativa tranquilidad.

Estamos en el cruce de la carretera de San Vicente-Agost. Acabo de tomar el giro dirección a Agost y sin darme cuenta me veo a rebufo de JP a 350w sostenidos, pero ¡¡¡¡¿Por qué?!!!! Afloja Rabasco, que le den, ¡hoy no! Bueno, pues así hasta Agost. Incluso me atreví a enseñarle la rueda un par de veces. Tú prueba a ofrecer un helado de chocolate, en pleno agosto, a un niño ¿crees que te dirá que no lo quiere? Pues a mí me pasa lo mismo. En Agost nos reunimos con Apache y Limorti, (ya lo dijo Limorti, “me la bufa”). Quedo con JP en que solo subiremos hasta el km 4, para que pruebe los desarrollos nuevos de su Argon18, y nos damos la vuelta. Pero por algún motivo que todavía no he logrado descubrir acabo haciendo cumbre. Apache y Limorti se quedan para hacer la transición (les espera Juan Carlos en la gasolinera, donde dan la salida), y JP y yo nos vamos a lo que nos ocupa y preocupa en ese momento, que no es otra cosa que bajar a Agost para nuestro momento “café con leche y tostada”.

JP prefiere algo más español, pincho de tortilla. Luego repitió.

Después de nuestro “momento del día” regresamos por el mismo camino que fuimos. JP se acopla y cobre cierta distancia varias ocasiones, y yo no tengo ninguna intención de seguirle el ritmo. Cuando llegue a Arenales me queda una transición rápida (en este momento me conformaría con poder hacerla andando). Después de varios achuchones nos separamos, en el polígono. Yo ya voy para Arenales mentalizado de que ya está casi todo hecho, ahora solo queda un apretoncito de nada para luego descansar en la playa.

Llego a Arenales con 3h 51’ y 102 km. Meto la bici en el trastero y me calzo las zapatillas muy rápido para salir pitando del garaje. Apenas me duelen las piernas. Quién lo diría después de la paliza que llevo en los últimos tres días. Voy a intentar correr a 4’30” y conforme vaya petando (que será pronto) voy bajando el ritmo. Eso es lo que planifico mientras doy las primeras zancadas. Solo voy a hacer 4 km, 2 de ida (los que separan mi casa del otro extremo del paseo) y otros 2 de vuelta. Los dos primeros me salen a 4’35” y 4’20” respectivamente, y me noto muy cómodo, así que apreto un poco más para acabar los dos siguientes a 4’16” y 4’15”. Increíble después de tanto pedal.

Y se acabó. Después de 3 intensos días termino con el saldo de 19h 5’, 459 km de bici, 5 km de agua y 11 km de carrera en transición con mi cuerpo cansado, muy cansado, pero entero.

Y como siempre….

…después de la tormenta siempre llega la calma.

Ahora me siento muy DID, y me gusta.

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