25 mayo 2010

Sábado 22 (día 2 de 3)


Son las 6 en punto de la mañana. El despertador suena unas 5 horas antes de lo que me gustaría, pero hay que levantarse. Desayuno algo muy ligero, un zumo, un puñado de nueces y una cucharada de miel. Ahora voy a la piscina, y nadar con el estómago lleno es bastante desagradable. Me he preparado un tupper con jamón, queso y una botellita monodosis de aceite de oliva para luego comprarme una pieza de pan recién hecha del Panishop camino al Polideportivo de la Hoya. A las 9:30 es el turno de Pablo. Viene un eximio karateka español a impartir una clase especial para algunos chavales. Se llama Luis Mª Sanz de la Hoz, campeón del mundo en 1992 y, por algunos entendidos, está considerado el mejor karateka occidental de todos los tiempos, así que seguro merece la pena.

A las 7 en punto me zambullo en el agua para acabar 1h y45’ después con 25 series de 200m en el cuerpo. Total 5000m. Lo de hacer 25 series es por intentar que no sea tan aburrido el entreno. Cada serie la hago diferente. Por bloques combino, aletas, palas, pull, espalda, croll completo, pies, etc. Así es como consigo no caer en el tedio más absoluto. Ya en la ducha aparece mi hijo por el vestuario metiendo prisa, ahora le toca a él.

Después de un par de horas de clase, el bocata de jamón y queso y media docena de mini cruasanes de chocolate termina la jornada de karate de Pablo.

Ahora a por el hueso duro. Elche-Almansa-Elche.

A las 12:25, con 25’ de retraso salimos, los Dalton (Mike y Pablo) y yo (Lucky Luke, que más tarde me convertiría en El Llanero Solitario), con un clima perfecto y un puñado de kilómetros por recorrer. Ya en los primeros kilómetros siento en las piernas la paliza de ayer viernes. Creo que esto va a ser muy duro. Los primeros 50 km entran con relativa facilidad. A partir de ahí me toca poner mi ritmo (que no es el que habíamos llevado hasta el momento), es solo un poquito más tranquilo, pero lo inteligente es rectificar ahora y no cuando esté fundido y no tenga remedio. Dejo que Mike y Pablo vayan yendo y viniendo, se alejan y dejan que me acerque a ellos de nuevo, y así hasta Almansa. Solo hemos parado una vez, en Yecla, para Coca-cola y agua.

Mike marcando el ritmo. Y así todo el camino de ida.

El perfil es todo en ascensión para acabar bajando un puerto de 10km que nos deja en la entrada de Almansa. Allí, como no podía ser de otra forma, bocata de atún con tomate y Coca-colca. En menos de 20’ dejo a los Dalton (se quedan allí para correr la media maratón), y ya subido en la bici emprendo el camino de vuelta con un puerto de 10km para empezar. No es un puerto muy exigente. Podría ser un Maigmó, pero con un paisaje mucho más bonito.

A 1 km escaso de la cumbre advierto a lo lejos dos ciclistas, que por su posición en la bici y lo lanzados que bajan deben de ser triatletas. Cuando pasan por mi lado oigo decir a uno ¡Rabaaascooooooooo¡ Pero….¿quién coño me conoce aquí? ¿será que esto del blog me ha hecho mediático en un par de semanas? Veo que paran bastante más abajo (claro, iban tan bufaos que frenando han recorrido, por lo menos 200 metros), me giro y bajo un poco mientras ellos suben en mi busca. Son Sergio y Nando de Bañeres que vienen a hacer la media en transición, como lo Dalton. Nos saludamos y charlamos un par de minutos y cada uno sigue su rumbo.

Queda mucho, así que empiezo a trabajar con la cabeza. Me fijo metas a corto plazo. Lo siguiente es Yecla, quedan 15 kilómetros (después de coronar), todos de bajada y llano, pues a rodar, luego ya veremos. En Yecla Aquarius y un Mars. La siguiente meta Pinoso, 24 km más allá, pero el terreno se vuelve un poco más irregular. Este tramo está lleno de toboganes lo que, sumado al viento que comienza a soplar de cara y la fatiga acumulada, comienza a pegarse en las piernas, los brazos, el cuello, los riñones, en todo el cuerpo. Estoy cansado pero sigo moviendo los 170 w que llevaba de media cuando llegué a Almansa y todavía siento que me queda gasolina para más. Ya empiezo a tener sensaciones DID. A partir de Pinoso, donde me bebo otra Coca-cola, los tramos entre poblaciones son más cortos, así que las metas que me voy marcando llegan relativamente rápido, Pinoso-Monóvar-Novelda-Aspe-Elche. Total 217 km, 7h 20’ y 170w. Sigo entero, cansado, pero entero. La caída de vatios respecto a ayer ha sido notable. 188 y 170 respectivamente. 18 vatios menos. Bastante razonable. Lo importante es que no ha habido una caída brutal de vatios en el transcurso de la etapa. Llegué a Almansa con 172w de media y he vuelto a Elche con 170w, por lo que sólo han caído 2 en el regreso (también hay que tener en cuenta que la vuelta es con desnivel favorable).

Ahora tengo que descansar, mañana tengo 4h de bici + 30’ de transición rápida. He quedado con Juan Pablo para la bici. Creo que no debería haberlo hecho. Voy a estar muy tocado y este cabrón siempre me busca las cosquillas, y yo, sin saber muy bien por qué, siempre entro al trapo. Ahora me voy con Bea y Pablo al Burguer King a meterme un Big King XXL entre pecho y espalda. Me han dicho que ayuda a recuperar muy bien de la fatiga.

Mañana Dios dirá.

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