18 mayo 2010

Escape from Tabarca

El domingo antes del IM de Lanzarote, para no faltar a nuestra performance anual, madrugón (como de costumbre) para llegar hasta Alicante y montar en el velero para navegar hasta Tabarca. Llegamos Jaime, Joserra, Pedro y yo al Club de Regatas donde nos esperaba Kapy (todo un personaje). Una vez en el velero, rumbo a Tabarca tomando café con leche y galletas en cubierta. En puerto las impresiones eran otras. El mar parecía tranquilo, pero conforme navegábamos se iba enfureciendo. Joserra, que le pilló el gusto a esto de la navegación a vela, hasta colaboró en los trabajos de cubierta.

Joserra nevegando.

La esperanza era que, en la parte sur de la isla, el agua estuviera algo menos agitada y nos permitiera, si no dar la vuelta, por lo menos hacer algunos largos. Bordeamos la isla entera, para al final descartar la posibilidad de nadar. No merecía la pena.

Claro, ¿y a quién se le ocurre ir a Tabarca sin las zapatillas de correr? A nosotros por supuesto que no. Así que nos calzamos las zapas y a pegarle vueltas a la Isla. Después de poco más de una hora y unos 13 km recorridos, resultaron dos vueltas completas y otras dos más pequeñas a la parte más grande de la isla, la del faro.

De izq a dcha Jaime, yo y Joserra (los 3 Mosqueteros)

http://connect.garmin.com/activity/33585962

El agua, en la playa, estaba muy fría, en torno a los 18⁰C, lo que aprovechamos para meter las piernas hasta la cintura durante algunos minutos y algún que otro remojón de cuerpo entero. Después de la ducha, Kapy nos tenía preparados unos bocatas de atún y unas cervecitas bien fresquitas. A partir de ahí comenzó el verdadero sufrimiento, tumbados en cubierta, sol, cerveza, bocata, cerveza, bocata, sol, y así hasta que no pudimos más y nos fuimos a comer.

Este fue el segundo apretón del día, pero lo aguantamos como campeones.

Y como buenos españoles, no tuvimos más remedio que echarnos a dormir la siesta, unos en los camarotes y otros en cubierta, en fin, qué le vamos a hacer, era el último esfuerzo del día.

Con una suave y silenciosa travesía a vela, llegamos hasta Alicante para concluir un día 10.

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