18 mayo 2010

Una de Luky Luke y los Hermanos Dalton


El día prometía ser largo, con unos 200 km por delante y las patas cocidas de la salida del viernes. La salida del viernes, acompañado por el monstruo de las ensaimadas (también conocido como Mike), fue completamente llana, pero el fortísimo viento racheado hizo que casi fuera una proeza el llegar a casa sin haber besado el suelo. Al final 97 km en 3h 07'.

A las 7:15 en punto del sábado salía de Arenales, justo de la zona de transición de la natación a la 1ª etapa ciclista DID. El constante viento de cara y Raúl fueron mis compañeros de viaje hasta El Realengo, donde cedió el testigo a Ximo (el mayor de los Hermanos Dalton) que venía desde Orihuela arrascándose la flor a 40 km/h y 130w (para el que no lo entienda, eso es casi sin pedalear). En Albatera nos esperaban los otros tres Dalton, Mike, Pablo y Riki que se unieron al tren de mercancías para asaltar el 1er coloso del día, “el Albaterolo”.

Sin más pretensiones que hacer una etapa digna y no morir en el intento, yo, Lucky Luke, me fijé la barrera de los 250w para una cómoda ascensión. Y así fue, cómoda (seguro que alguno se está partiendo de risa con este comentario), para coronar con 40’22” y 252w. Justo terminar de mear y ya llegaban uno detrás de otro, seguidos de Ximo como buen pastor que guía a su rebaño.

De allí a Hondón de los Frailes, paradita en la panadería (en la que algunos ya somos clientes V.I.P) y cafetito con leche para despedir a Ximo, que se volvía a casa. Está a escasos días de vérselas con el diablo de Timanfaya allá por la Tierra del Fuego y ahora se debe a otros menesteres.

A partir de ahí, el viento se hizo el protagonista de la película, pero por más que se empeñó no consiguió más que ralentizar la marcha prevista. Llegados a Petrer, repostamos líquidos en una gasolinera a 1 km escaso del pie del 2º coloso de la jornada “el Xorret”.

Ritmo DID desde el principio con un ligero viento de culo que hacía más ‘relajada’ la subida. Este puerto lo conozco como la palma de mi mano. Sé dónde se ganan segundos, y dónde se pierden, sé dónde atacar a tu rival y dejarlo K.O., y dónde te pueden atacar a ti. Lo sé casi todo de este puerto. Pero lo que no sabía era subir sin dejarme la piel en su asfalto. Creo que todas mis anteriores ascensiones siempre han sido para mejorar mi marca, o al menos es la sensación que siempre me ha quedado al llegar a la cima. Por eso, en esta ocasión, me fijé unos márgenes de trabajo entre 250 y 270w. Eso significa entre 35 y 55w menos que mi mejor marca de hace escasas semanas. Así que si hablamos de 43’45” y 305w de mmp, ahora, con ese margen de potencia, debería estar rondando los 51’. La referencia de tiempo a mi paso por el hotel (a falta de 2.2 km para la cumbre) era escandalosamente mejor de lo que había previsto. Hasta la cumbre solo dediqué mi tiempo a razonar el por qué es tan delgada la franja de tiempo que transcurre entre dejarte la vida subiendo un puerto y subir a un ritmo relativamente cómodo, pero no logré razonamiento alguno. Coroné con 46’36” y 272w, es decir, a menos de 3’ y 33w de mi mmp y sin la sensación de echar el hígado por la boca (sensación inherente a subir este puerto).

Hasta Onil (final 1ª etapa DID) nos separaban unos 20km que recorrimos sin mayor dificultad para dejar de pedalear justo en el mismo sitio que espero hacerlo dentro de 149 días, la puerta del Ayuntamiento. Totales: 6h 02’ 47”, 143.81km, 193w y 23.8km/h.

http://connect.garmin.com/activity/33585960

Ya de vuelta nos dejamos llevar a Castalla (para entonces el viento soplaba fuertemente de culo), y allí nos metimos un bocata de jamón y queso con tomate de los que no tocan la garganta al entrar, con una coca-cola bien fresquita. Lo que no reparamos ninguno de los 4, fue en si llevábamos la pasta suficiente para pagar tal despliegue gastronómico. Entre risas y apuros fuimos haciendo apuestas sobre lo que nos podían cobrar hasta que, por fin, el camarero nos sacó de dudas. Nos faltaban 4 €. ¿Y ahora qué coño hacemos? Tranquilos, no hubo que fregar platos. Riki, que para entones estaba bastante tocado de su molestia en una pierna, llamó a su novia para que fuera a recogerlo y saldara nuestra deuda. Nos sacó de una buena.

El regreso a hasta Arenales casi sin pedalear gracias al continuo viento a favor, lo que hizo que, por un lado subiera la media de velocidad, y por otro que bajaran los W, para acabar la etapa con un total de 7h 56’ 00”, 212.57km, 181w y 26.8km/h.

Siguiente batalla, sábado 22 , de vuelta a Hellín.


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